sábado, 11 de julio de 2009

Serendipidad en la bibliotecología digital



En el ámbito de la bibliotecología serendipia es un proceso a tener en cuenta. Tomàs Baiget escribió hallá por 1994 en El Profesional de la Información, sobre la serendipidad. En mi caso, lo llamo de otro manera, "serendipia". El azar en las búesquedas, y en los procesos de recuperación de la información. El sentido muchas veces se construye de azarozamiento y los sistemas de información tienen que tener este componente en su estructura. Aquí les dejo el texto de Baiget:

Hallazgo inesperado de cosas o ideas interesantes en el proceso de búsqueda de otras. Es uno más de los factores con el cual se pueden evaluar los sistemas de recuperación de información, junto a la exhaustividad, la precisión, el silencio y el ruido.

Este concepto ha sido tratado de forma diversa en los libros de Documentación, y muchas veces se ha ignorado, seguramente por su difícil medición. A pesar de ello, creemos que en nuestra profesión tiene una enorme importancia. Los documentalistas ayudamos a que los usuarios encuentren la información que necesitan, y ello se puede conseguir por medios planificados y estructurados (clasificando la información, diseñando sistemas, etc.) y por medios menos formales, a veces semi-inconscientes por no decir parasicológicos, que permiten dirigir la mente hacia las informaciones que luego resultan ser las realmente útiles.

Esos medios no pueden dejarse a un lado como algo inexplicado o simplemente de suerte. Se trata de tener en cuenta su existencia y de provocar su aparición, de manera que dejen de ser informales y, dentro de lo posible, pasen a integrarse en nuestra diaria sistemática de trabajo.

Un poderoso procedimiento, p. ej., que el documentalista debería dominar, es el de la entrevista del usuario. Bien llevada, es fundamental para poder resolver satisfactoriamente cualquier problema de información, problema que a veces el propio usuario, gracias a las preguntas del documentalista, puede resolver totalmente por su cuenta.

Palabra curiosa

Ante la diversidad de opiniones oídas sobre el origen de la palabra serendipidad, la Redacción de IWE ha realizado una búsqueda online en las bases de datos de Dialog (v. bibliografía al final) y ha confeccionado este informe. Parte del texto que sigue está tomado del artículo de Daniel Liestman.

Serendip es el primitivo nombre con que se designaba la isla de Ceilán, hoy Sri Lanka. Parece que al concepto actual de serendipidad (en inglés serendipity ) se ha llegado en 2 etapas:

La primera se debería al cuento del italiano Christoforo Armeno Peregrinaggio di tre giovani figliuoli del re di Serendippo, de 1557, que en ediciones y versiones posteriores en varios idiomas se transformó en Los tres príncipes de Serendip, perdiéndose o suplantándose algunas veces la autoría, o formando parte de colecciones de cuentos.

Fue el excéntrico escritor Horace Walpole, 4º conde de Oxford (1717-1797), quien acuñó el concepto serendipidad por primera vez, en una carta enviada a su amigo Horace Mann, diplomático británico en Italia. Desde allí Mann había enviado a Walpole un retrato de Bianca Capello, aristócrata del s. XVI, que luego se convirtió en Gran Duquesa de Toscana al casarse con Francesco de Médici. El retrato no tenía marco y Walpole quiso ponerle uno con el escudo de armas de los Capello. En la carta contó a Mann que había tenido mucha suerte cuando, buscando el escudo de los Médici en un libro veneciano de heráldica, encontró el de los Capello: "este descubrimiento ha sido casi como de los que yo llamo de serendipidad, una palabra muy expresiva (...) Leí un sencillo cuento titulado Los tres príncipes de Serendip. A medida que sus altezas reales viajaban, por accidente y gracias a su sagacidad, iban descubriendo cosas que no buscaban".

En el cuento, el padre de los eruditos príncipes del mítico país de Serendip envió a sus hijos al extranjero para que conocieran otras tierras. En Persia encontraron un hombre que había perdido a su camello. Observando detenidamente diversos hechos, los sagaces hermanos dedujeron que el camello era tuerto, le faltaba un diente, era cojo, llevaba una carga de mantequilla y miel y era conducido por una mujer embarazada sentada de lado.

El propietario del camello, convencido de que sólo los ladrones podían saber esa información, denunció a los príncipes, que fueron arrestados por los soldados del Sha y condenados a muerte. El camello apareció a tiempo y el emperador de Persia liberó a los príncipes, que explicaron con detalle a su majestad cómo habían obtenido sus conclusiones.

La serendipidad, en el sentido como se ha definido al principio, se da y no siempre es "por casualidad". El ordenamiento y las clasificaciones que hacemos los bibliotecarios y los documentalistas preparan el terreno para que se produzcan serendipidades. La distribución por materias en los estantes siguiendo la clasificación Dewey o la Decimal Universal (CDU) contribuye en alto grado, siempre que los libros estén en acceso directo por parte de los lectores.
Hay diseñadores de sistemas (de información o de cualquier otro tipo), que en la etapa inicial de definición de las características y posible funcionamiento del futuro sistema, acuden a bibliotecas y librerías a hojear libros y revistas para, dejando discurrir el pensamiento, ir dando forma al diseño.
Ante la opinión generalizada de que sólo las fuentes impresas permiten la serendipidad, es interesante el artículo de James Rice, que sostiene que los opacs (catálogos online) incrementan las posibilidades serendipitivas de las bibliotecas.

Bibliografía


  • Armeno, Christoforo, Peregrinaggio di tre giovani figliuoli del re di Serendippo,Gassner, Heinrich, ed., Erlangen, F. Junge, 1891. xix, [1], 112 p., 24 cm. En italiano.
  • Armeno, Christoforo, Serendipity and the three princes, from the Peregrinaggio of 1557, Remer, Theodore G., ed., Norman, Univ. of Oklahoma Press, 1965, xi, 199 p. facsimil, 24 cm. En inglés.
  • Liestman, Daniel, Chance in the midst of design: approaches to library research serendipity, RQ, v. 31, p. 524 (9), verano 1992.
  • Rice, James, Serendipity and holism: the beauty of opacs, Library Journal, 15 febrero 1988, p. 113-139
  • Wilmarth Sheldon Lewis, ed., Yale Edition of Horace Walpole's Correspondence, New Haven, Conn.: 1937-83, 20:407-408.



Bases de datos consultadas :

  • Library of Congress Marc (LCMarc-Books), Retrospective Marc (Remarc), Magazine Asap,
  • Library and Information Science Abstracts (Lisa) e Information Science Abstracts (ISA).

Fuente: http://www.elprofesionaldelainformacion.com/contenidos/1994/mayo/serendipidad.html

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